Innovación logística. Uruguay activa un modelo financiero inédito para electrificar la última milla

Nota publicada en el sitio web de Mobility Portal Data

12/2/20253 min leer

Un esquema que combina financiamiento bancario y fondos climáticos permite reducir costos de ingreso para repartidores y empresas. Swapy será el primero en aplicar esta modalidad en Uruguay, con motos eléctricas, estaciones de intercambio y un servicio por suscripción

Uruguay avanza en un modelo que no tiene antecedentes en la región: un sistema de financiamiento mixto que permite electrificar la última milla sin que los usuarios deban adquirir la moto ni asumir el costo de la batería.

La estructura combina un 70% de financiamiento proveniente de la banca local y un 30% aportado por fondos climáticos internacionales, una distribución pensada para reducir la barrera económica más establecida del sector: la inversión inicial.

El proyecto recibe apoyo de la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (UNIDO) a través del Renewable Energy Innovation Fund (REIF) y se focaliza en actividades donde el uso intensivo del vehículo define la economía de la operación diaria y, por lo tanto, también la velocidad de adopción.

El país ya venía destacándose en la región por la exoneración de arancel e IMESI para vehículos eléctricos; este mecanismo financiero aparece ahora como un paso adicional dentro de una estrategia que busca ampliar la base de usuarios más allá del segmento corporativo.

El modelo HaaS

La empresa uruguaya Swapy será el primer operador en aplicar este esquema mediante un sistema HaaS (hardware as a service).

En lugar de comprar la moto, el usuario paga una suscripción que incluye el vehículo, el mantenimiento, el acceso a estaciones y el intercambio de baterías en menos de un minuto.

Con este modelo, la preocupación por la degradación de la batería desaparece y el costo operativo mensual se vuelve más previsible para repartidores y pequeñas empresas.

  • La primera fase contempla 60 motos eléctricas, 200 baterías y seis estaciones de swap ubicadas en Montevideo.

El diseño del sistema permite escalar sin necesidad de obras eléctricas de gran magnitud porque la rotación de baterías distribuye la demanda y evita depender de cargadores de alta potencia en cada punto.

Para los operadores, la previsibilidad del costo mensual y la eliminación del gasto inicial permiten evaluar la electrificación sin comprometer capital propio.

Este formato es especialmente relevante para repartidores independientes, ya que reemplaza la variabilidad del combustible, los servicios mecánicos y los repuestos por un esquema de gasto fijo.

En un sector en el que los ingresos fluctúan por estacionalidad o demanda, la posibilidad de ordenar el costo operativo mensual es vista como una ventaja decisiva para adoptar tecnologías eléctricas.

Comparación regional: Uruguay, a la vanguardia

La introducción de este modelo coloca a Uruguay en un punto distinto dentro del mapa regional de electrificación.

  • En Argentina, la ausencia de una tarifa específica para movilidad eléctrica obliga a que los cargadores operen bajo categorías comerciales o residenciales, lo que encarece el costo por kWh y dificulta el desarrollo de modelos eléctricos en sectores como delivery o logística liviana.

Además, los procesos de homologación y los costos iniciales siguen siendo una barrera para empresas pequeñas. Aunque existen pilotos corporativos, no hay aún mecanismos financieros orientados a este tipo de vehículos.

  • En Brasil, la regulación de ANEEL habilita tarifas específicas para cargadores y el país cuenta con experiencias piloto de battery-swap en São Paulo y Curitiba.

Sin embargo, estas pruebas no incluyen un modelo financiero estructurado que combine banca local y fondos climáticos en un esquema estable y replicable. Las iniciativas, por ahora, están más vinculadas al mercado privado que a una estrategia institucional.

  • En Paraguay, el despliegue de cargadores rápidos de 180 kW y la electrificación de corredores para buses eléctricos muestra avances en infraestructura, pero aún no se implementaron mecanismos de financiamiento orientados al delivery.

Las flotas corporativas sí están analizando opciones eléctricas, pero no existe un esquema que permita ingresar sin inversión inicial.

Frente a este escenario, Uruguay combina tres condiciones poco frecuentes: una matriz eléctrica renovable, incentivos fiscales consolidados y un mecanismo financiero que baja el costo de entrada para usuarios con alto uso diario del vehículo.

Un modelo que puede escalar

UNIDO estima que el proyecto permitirá evitar 1.380 toneladas de CO₂ en ocho años, impulsado por la matriz renovable del país y por la eliminación de combustibles fósiles en desplazamientos urbanos.

El esquema también incorpora una dimensión social: un tercio del equipo operativo está integrado por mujeres, alineado con los estándares de equidad del organismo internacional.

Si la primera fase se consolida, Uruguay podría convertirse en la primera plaza de la región con un modelo financiero específicamente diseñado para descarbonizar la última milla.

La estructura combinada (fondos climáticos, banca local y un operador que administra baterías y vehículos como servicio) podría replicarse en otras ciudades con alta presencia de motociclistas y patrones de movilidad urbana similares.

Nota original en: https://mobilityportal.lat/uruguay-modelo-financiero/